Este proyecto es mi statement. Las camisetas se las vendí a mis amigxs artistas para poder pagarme un mes de vida estudiando arte en Madrid. Fue mostrado en la exposición “Salón Brand New” del Conde Duque (Madrid) en 2021.
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«Mi habitación durante este curso no tiene casi espacio. Mi ventana da al lavadero donde el ruido del calentador de agua me despierta cada mañana. El colchón va directamente al suelo porque prefiero ahorrarme lo que cuesta un somier. Hay un escritorio pequeño que no debería caber, pero hago que quepa para poder leer y escribir con la puerta cerrada. En esta casa -tal y como decía Italo Calvino- al otro lado de la puerta siempre hay una televisión encendida por alguno de los tres compañeros de piso que acabo de conocer. Suele ocurrir que para que uno entre en la cocina, el otro tiene que salir primero. Cuando me han preguntado les he dicho que soy artista, aunque saben que este año he estado trabajando en Ikea. Y el año pasado de mochilero en América. Y en el anterior ordenando pasillos en Decathlon y también haciendo logotipos en mis ratos libres... Dos de ellos no lo tienen tan claro, pero el tercero me ha dicho: “Claro que sí, yo también soy artista ¿por qué no?”.
Pago 312€ al mes por esta habitación porque es la más barata que pude encontrar y está cerca de Matadero, el Reina Sofía y el Cine Doré, a los cuales sólo voy cuando no hay que pagar entrada. Por este precio podría tener un piso para mí solo en alguna otra ciudad del país. Pero si quieres formarte en el mundo del Arte tienes que venir a Madrid, del mismo modo que si quieres ser diseñador tienes que ir a Barcelona. España es un sumidero mayormente soleado.
La vecina del cuarto tiene una placa en el portal que indica que es abogada. Es una prueba convincente. He pensado que, para despejar todas las dudas sobre mi trabajo, yo también necesito un identificativo como ese. Necesito una bandera que, del mismo modo que mis vecinos se encargan de recordarme el país en el que vive su balcón, les haga ver a todos que yo donde vivo es en el mundo del Arte. El problema de lo precario es que me estoy mudando constantemente, por eso he pensado que lo único que llevo siempre allá donde voy es mi ropa. Así que en el mismo lugar donde antes ponía mi nombre junto al logotipo de Ikea o Decathlon ahora voy a indicar que Soy Artista.
También he pensado que mis compañeras de clase pueden tener la misma necesidad y, que si la tienen, puedo venderles mis camisetas; quiero decir, venderles su propia pertenencia al mundo del Arte.»